El carácter de Hermerico
Victoria Armesto
En su interesante apartado y no hace mucho Alfredo Conde se refería a mi libro "Galicia Feudal" y lamentaba la imposibilidad de hallar un ejemplar de esta obra. Le he telefoneado para decirle que al fin estoy seriamente enfrascada en la nueva edición que, con la ayuda de dios, saldrá corregida y aumentada.
Por eso no escribo en el periódico estos meses porque entre las cosas agrícolas y los suevos ando, por decirlo de una manera suave, muy atormentada. Pero quizá estimulada por algunos lectores que tienen a bien acordarse de mis artículos, pudiera compartir con ustedes alguna de mis preocupaciones históricas.
La nueva edición de "Galicia Feudal" ha de tener en cuenta sino todas, porque son innumerables, si las más importantes nuevas fuentes documentales surgidas en la década de los setenta y los ochenta. Yo escribí mi libro entre 1965 y 1970 en Bonn, documentándome en la biblioteca de aquella Universidad. Me pasé cinco años de mi vida entre místicos, obispos, canónigos compostelanos y rebeldes nobles galaicos. Cinco años no es nada comparado con la labor de admirables eruditos de los cuales puede servir como ejemplo, para citar sólo un par de nombres, don Casimiro Torres Rodríguez y el padre García Oro, pero como yo en aquellos años era una chica joven, cinco años es una barbaridad pues los podía haber dedicado al cuidado del ojo y de la pestaña.
"Galicia Feudal" empero, y a pesar de los esfuerzos de la biblioteca, no es un libro erudito ni pretende serlo. Yo trataré de apresar la psicología del pueblo gallego en su devenir histórico y glosar la cadena de fatalidades que van paulatinamente frustrando el desarrollo íntegro de su personalidad.
En la actualidad creo que ya no se le nota, pero el texto primitivo tenía mucha intencionalidad política oculta bajo la ironía.
Era un libro rebelde, iconoclasta, propio de la chica que yo era entonces. A mi ahora me sorprende riéndome cuando lo leo.
En esta nueva edición no he intentado cambiar su textura original, considerando que, seguramente, escribo peor que entonces, pero sí añadir nuevos datos y facilitar nuevas fuentes porque es mucho lo que se ha avanzado en el estudio del pasado galaico. Es de verdad increíble.
En 1965-70 yo quedé fascinada por la personalidad de Prisciliano y consideré que su movimiento espiritual era clave en el conocimiento del pasado gallego. Las nuevas fuentes refuerzan aquella percepción.
De lo que no me di yo cuenta fue de la gran importancia de la Galicia sueva. Ciertamente que a la salazón no estaban publicados los libros de don Casimiro Torres Rodríguez, que hoy ha puesto a nuestra disposición la Fundación Barrié de la Maza. Hoy considera que en aquellos 177 años de la monarquía sueva se forja y acrisola la personalidad tan señalada de la Galicia feudal. La nobleza gallega se configura en el período suevo.
Muchas veces trato de recomponer en mi mente lo que debió ser la llegada de los bárbaros que pasan a España, posiblemente por Roncesvalles, en "Martes y trece".
Era el año 409. Entre aquellas feroces tribus los suevos constituían una minoría. Mientras algunas fuentes cifran el número de invasores vándalos asdingos y alanos en 80.000, los suevos llegados a la Península, no pasarían de 30.000 o, a lo sumo, 35.000. Y eso incluyendo a las mujeres y a los niños. Los guerreros eran unos 9.000. Su enorme ventaja radicaba en el hecho de que mientras Gunderico o Fredibaldo -y pongo a estos dos como un ejemplo al azar, pues todos eran parecidos- añadían pocas cualidades a su cruel valor, el jefe de los suevos,Hermerico, era un tipo verdaderamente notable.
En la primera y segunda versión de "Galicia Feudal" considero que el valor era la principal virtud de los suevos. Hoy rectifico este concepto y lo sustituyo por la palabra "astucia".
Hermerico era tremendamente astuto. En cierto modo su actitud mental hace pensar en Gelmírez. Hay dos datos que avalan la habilidad de Hermerico. Consiguió hacer el penoso viaje desde el Danubio hasta Galicia sin combatir.
Dejaba siempre que pelearan los vándalos o los alanos pero él reservaba sus rubios y brillantes guerreros. No perdió ni uno solo de sus 9.000 hombres. Caso que tan prodigioso viaje no demuestra elocuentemente su habilidad, debe añadirse que el primer rey suevo de Galicia consiguió reinar durante 32 años y que murió ya viejo y en su cama, hecho insólito en un jefe bárbaro.
La Voz de Galicia, Domingo 7 de marzo de 1993
En esta nueva edición no he intentado cambiar su textura original, considerando que, seguramente, escribo peor que entonces, pero sí añadir nuevos datos y facilitar nuevas fuentes porque es mucho lo que se ha avanzado en el estudio del pasado galaico. Es de verdad increíble.
En 1965-70 yo quedé fascinada por la personalidad de Prisciliano y consideré que su movimiento espiritual era clave en el conocimiento del pasado gallego. Las nuevas fuentes refuerzan aquella percepción.
De lo que no me di yo cuenta fue de la gran importancia de la Galicia sueva. Ciertamente que a la salazón no estaban publicados los libros de don Casimiro Torres Rodríguez, que hoy ha puesto a nuestra disposición la Fundación Barrié de la Maza. Hoy considera que en aquellos 177 años de la monarquía sueva se forja y acrisola la personalidad tan señalada de la Galicia feudal. La nobleza gallega se configura en el período suevo.
Muchas veces trato de recomponer en mi mente lo que debió ser la llegada de los bárbaros que pasan a España, posiblemente por Roncesvalles, en "Martes y trece".
Era el año 409. Entre aquellas feroces tribus los suevos constituían una minoría. Mientras algunas fuentes cifran el número de invasores vándalos asdingos y alanos en 80.000, los suevos llegados a la Península, no pasarían de 30.000 o, a lo sumo, 35.000. Y eso incluyendo a las mujeres y a los niños. Los guerreros eran unos 9.000. Su enorme ventaja radicaba en el hecho de que mientras Gunderico o Fredibaldo -y pongo a estos dos como un ejemplo al azar, pues todos eran parecidos- añadían pocas cualidades a su cruel valor, el jefe de los suevos,Hermerico, era un tipo verdaderamente notable.
En la primera y segunda versión de "Galicia Feudal" considero que el valor era la principal virtud de los suevos. Hoy rectifico este concepto y lo sustituyo por la palabra "astucia".
Hermerico era tremendamente astuto. En cierto modo su actitud mental hace pensar en Gelmírez. Hay dos datos que avalan la habilidad de Hermerico. Consiguió hacer el penoso viaje desde el Danubio hasta Galicia sin combatir.
Dejaba siempre que pelearan los vándalos o los alanos pero él reservaba sus rubios y brillantes guerreros. No perdió ni uno solo de sus 9.000 hombres. Caso que tan prodigioso viaje no demuestra elocuentemente su habilidad, debe añadirse que el primer rey suevo de Galicia consiguió reinar durante 32 años y que murió ya viejo y en su cama, hecho insólito en un jefe bárbaro.
La Voz de Galicia, Domingo 7 de marzo de 1993
Subido por: Pablo Rodríguez Gerpe
Unha terra moi antiga
Victoria Armesto
Unha vez que cedeu a
anarquía e os invasores suevos abandoaron (con evidente alivio)as espadas para
empuñar os arados, unha minoría galaicorromana volveu a obsesionarse polos
problemas teolóxicos que , curiosamente, formaban parte das suas máis queridas
preferencias.
A vangarda dos
movementos espiritualistas estaban unas xentes, xóvenes polo regular, que eran
os netos ou biznetos de aqueles galegos que se habían trasladado a Traveris
para recoller os restos de Prisciliano e darlles sepultura en Galicia. Tamén os
priscilianistas habianse sentido ameazados, pero non tanto polos bárbaros como
pola celosa reprobación conciliar. Certos membros ou simpatizantes da secta,
aos que será preferible aplicar o comodín de <presuntos>, puxeron mar por
medio como é o caso de Exeria e acaso do propio Orosio.Outros priscilianistas
como Baquiario, retractaronse denunciando a heterodoxia do seu antigo maestro
Contra vento e marea
os priscilianistas mantiñan as suas vellas referencias: o pelo longo,os hábitos
frugais,unha gran simplicidade no atuendo, o amor pola natureza, as devocións
esotéricas alentadas polas escrituras apócrifas, a participación da muller na
liturxia…
Considerase extraño
que , en tan desfavorables circunstancias, houberan podido sobrevivir uns ritos
e unas prácticas que eran rexeitadas pola norma imperante.
Extrañísimo que
poideran manter o culto o seu maestro cuxa tumba estaba situada, según as
últimas teorías do maestro Sánchez Albornoz, no mismo lugar, máis tarde
chamaríase Compostela.Para
explicarnos a inusitada supervivencia hai que ter en conta duas cousas: unha,
que tras a violenta chegada dos barbaros, os priscilianistas beneficiaronse
tanto do indiferentismo relixioso dos reis idólatras como da tolerancia do
bondadoso primado de Braga, Balconio, que ocupou dita sede dende o 415 ao 448: outra, que Galicia é unha
terra moi antiga a que si poiden chegar os cambios pero onde, , no fondo, nunca
cambia nada.
Os romanos
encontraron usos, costumes e edificacións celtas(como as casas circulares)e
acomodaronse.
Tras a inicial
amnistía rexistrada na primeira fase da invasión, a fiscalidade romana logra
pervivir e os vellos tributos transformanse nas gabelas das que posteriormente
beneficiariase o Apóstolo Santiago . As cousa en Galicia tenden a
….indefinidamente como sucedería co culto apostólico,Nunca nada acabase de todo
si ben tampouco rematase. As vilas
romanas, onde se concentraban os piadosos priscilianistas , transformanse nos pazos .Os conquistadores xermanos
producen a nobreza galega unas fórmulas de dominio que son netamente feudais.
Neste país tan
interesante como singular, fórmulas dun arcaísmo sobrecolledor petúanse ate os
nosos días. Por exemplo a xeada cuxo
orixen remoto evoca as tribus anteriores á invasión celta. A toponimia tamén
permanece e acaso non tanto polo noso espíritu conservador cmo por
deisidia.Galicia é a rexión hispaa que conserva máis nomes de orixe xermano.
Subido por: Carla Sánchez Edrosa
O amor dos xermanos á
natureza
VICTORIA ARMESTO
Aterrados e
desvalidos frente á invasión dos vándalos , alanos suevos e demáis, os
hispanorromanos pecharonse en cidades e castros fortificados . Cercados e
faltos de provisións, produxeronse escenas de canibalismo que amargaron a
Hidacio, cronista da Galicia sueva. Dous anos despois os bárbaros facían un
triste honor á frase de Tácito: <vandalorum crudelitas> <vandalorum
ferocitas>. Cando todo estaba destruido e nin sequera eles tiñan que comer,
nun rasgo inusitado de sensatez,chegaron a un pacto (foedus) con Roma.Acalorado
por solucionar a cuestión(quería volver canto antes a Roma para casarse con
Gala Placidia),Flavio Constancio chegou a un mal acordo. Roma reservabase a
Tarraconense e o Mediterraneo e cedía o resto. Hai constancias históricas e preferencias que inxustamente perviven.Roma
favorecía o desenrrolo da actual Cataluña e dos territorios hoxe comprendidos
no chamado Eixe Mediterraneo.Respetando as zonas de influencia romana,os
bárbaros fixeron unha división do resto da península que, groso modo, parece
bastante máis razoables que algunhas das participación efectuadas por Martín
Villa e expertos para o Estado das Autonomías.
Os suevos, ben porque
concedeulle o azar ou porque a
desdeñaron os outros, máis fortes e numerosos, toucolle o que Orosio chama <ulteriores
Gallaecia partes>, é dicir, a Galicia actual e Norte de Portugal ate o
Douro; vándalos e alanos desparramaronse polas amplias e fértiles zonas da
Gallaecia mesetaria ou perférica.Non se ían a quedar moito tempo nela porque
eran cu de mal asento.
Hermerico fixou a sua
capital en Braga,a Sazón,capital eclesiástica de Galicia.Os suevos edificaron
un palacio que durou moitisimo tempo; aínda nel aloxouse Xelmírez cando chegou
a Braga para roubar as reliquias.
Debe señalarse que ,
pese a invasión sueva, importantes sectores eclesiales, e administrativos ou de
xustiza da Galicia romana subsitían e mantuveron a sua influencia político social.Aínda
no 459, a administración de Lugo era romana.
Gustaríame saber qué
poboación tiña Gacicia cando foi invadida polos suevos.No no vin consignado en ningunha parte.Coñezo en
pero,polos cálculos matemáticos de Rubén García Álvarez, que no ano 0 da nosa
era a poboación Galega cifrábase en 176 mil e no ano 700 disminuíra a 130 mil,
pouco despois a poboación multiplicábase e xa no milenio alcanza os 233 mil.Rexión
moi poboada para época.
Menos físico
Nin sequera a diplomacia
de Hermerico puido suaviazar as penalidades e horrores da conquista, ao menos
na sua primeira fase.Bastantes galegos como o propio Orosio so salvaronse o
fuxir.Ainda que pouco a pouco cediu a violencia, os galaico-romanos descubriron
que os suevos eran máis tratables do que esperaban e que , de momento (foi unha
boa sorpresa),ía cedendo a presión impositiva do fisco.Ameazados pola faceda
romana, era un alivio vivir baixo unhas xentes que despreciaban os
impostos.Suevos e galegos – sobre todo nas clases altas- comezaron a establecer
relacións sentimentais e a casarse.A
verdade é que tiñan cousas en común , eran pobos pacíficos e amantes da
agricultura.
Na monarquía sueva
configurase o futuro de Galicia baixo un concepto netamente xermano.
As tribus nórdicas
non lles gustaban as cidades,que consideraban como tumbas, amaban vivir en
natureza,con árbores, que reverenciaban plantas e animais domésticos. Por eles Galicia
ía ser un lugar de poboación rural diseminada, con nacemento e desenrrolo
tardío das cidades.
Subido por Carla Sánchez Edrosa.
Victoria Armesto
Una vez que cedió la anarquía y los invasores suevos abandonaron (con evidente alivio) las espadas para empuñar los arados, una minoría galaicorromana volvió a obsesionarse por los problemas teológicos que, curiosamente, formaban parte de sus más queridas preferencias.
A la vanguardia de los movimientos espiritualistas estaban unas gentes, jóvenes por lo regular que eran nietos o biznietos de aquellos gallegos que se habían trasladado a Traveris para recoger los restos de Prisciliano y darles sepultura en Galicia. También los priscilianistas se habían sentido amenazados, pero no tanto por los bárbaros como por la celosa reprobación conciliar. Ciertos miembros o simpatizantes de la secta, a los que será preferible aplicar el comodín de "presuntos", pusieron mar por medio como es el caso de Egeria y acaso del propio Orosio. Otros priscilianistas, como Baquiario, se retractaron denunciando la heterodoxia de su antiguo maestro.
Contra viento y marea los priscilianistas mantenían sus viejas referencias: el pelo largo, los hábitos frugales, una gran simplicidad en el atuendo, el amor por la naturaleza, las devociones esotéricas alentadas por las escrituras apócrifas, la participación de la mujer el la liturgia...
Se considera extraño que, en tan desfavorables circustancias, hubiera podido sobrevivir unos ritos y unas prácticas que eran rechazadas por la norma imperante.
Extrañísimo que pudieran mantener el culto de su maestro cuya tumba estaba situada, según las últimas teorías del maestro Sánchez Albornoz, en el mismo lugar que, más tarde, se llamaría Compostela. Para explicarnos la inusitada supervivencia hay que tener en cuenta dos cosas: una, que tras la violenta llegada de los bárbaros, los priscilianistas se beneficiaron tanto del indiferentismo religiosos de los reyes idólatras como de la tolerancia del bondadoso primado de Braga, Balconio, que ocupó dicha sede desde el 415 al 448; otra, que en Galicia es una tierra muy antigua a la que si pueden llegar los cambios pero donde, en el fondo, nunca cambia nada.
Los romanos encontraron usos, costumbres y edificaciones celtas (como las casas circulares) y se acomodaron.
Tras la inicial amnistía registrada en la primera fase de la invasión, la fiscalidad romana logra pervivir y los viejos tributos se transforman en las gabelas de las que posteriormente se beneficiaría el Apóstol Santiago. Las cosas en Galicia tienden a perfilarse indefinidamente como sucedería con el culto apostólico. Nunca nada se acaba del todo si bien tampoco se remata. Las villas romanas, donde se concentraban los piadosos priscilianistas, se transformaron el los pazos, Los conquistadores germanos producen la nobleza gallega y unas formulas de dominio que son netamente feudales.
En este país tan interesante como singular, fórmulas de un arcaísmo sobrecogedor se perpetúan hata nuestros días. Por ejemplo la geada cuyo origen remoto evoca a las tribus anteriores a la invasión celta. La toponimia también permanece y acaso no tanto por desidia. Galicia es la regio hispana que conserva más nombres de origen germano.
Pero también pequeñas poblaciones, Céltigos pongo por caso, mantienen vivo el recuerdo de una invasión forzosamente leve y fuga.
Las autoridades religiosas, ahora bien avenidas por el poder suevo, trataban de involucrares en sus fieras disputas teológicas. Y así algún celoso eclesiástico exponía sus razones al rey Hermerico. Le hacían partícipe de la doctrina ortodoxa acerca de que el Padre puede llamarse ingénito, aunque la escritura no lo diga, y de que si engendró en persona al Hijo, pero no lo hizo, y de que si procede el Espíritu Santo, pero este no fue engendrado ni hecho.
Hermerico, el primer rey gallego de los suevos, escuchaba cortésmente sin tomar partido.Él mismo era pagano. Y siguió siendolo hasta la muerte. Los intrincados silogismos de la fe no le interesaban, pero fue, justamente, su actitud neutral la que le granjeó el afecto de Balconio y que, en cierto modo, mitigó la animadversión que le profesaba el máximo cronista de la Galicia sueva, Hidacio.
La Voz de Galicia, 11 marzo 1993
Subido por: Pablo Rodríguez Gerpe
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